SAN VICENTE 2011 ha sido elegido cuarto mejor vino del año 2015 para la reconocida publicación americana Wine Enthusiast.
Una Variedad, un Viñedo, una Bodega y un Vino…
Al pie de la Sierra de Cantabria que da nombre a la primera bodega de la familia y que protege a nuestros viñedos de los fríos vientos del norte, se encuentra San Vicente de la Sonsierra, villa divisera de gran tradición vitivinícola.
Esta sierra (1.200 m. de altitud) junto al río Ebro (350 m.), crean un microclima especial de carácter Mediterráno-Continental, con inviernos no muy fríos y veranos suaves, único para el cultivo de la vid. Por otro lado, el salto térmico estival (calor intenso durante el día y temperaturas nocturnas frescas) proporciona un aumento en el nivel de polifenoles, factor asociado a vinos de excelente calidad.
El paisaje vitícola se caracteriza por un relieve suave y ondulado. La composición del suelo es arcillo-calcáreo del tipo Calcixerollic Xerichrept, con elevada proporción de caliza. Son suelos pobres en materia orgánica, nutrientes y sales minerales, muy apropiadas para el cultivo de la vid.
La abundancia de cantos rodados, restos de aluvión y grava, proporciona un drenaje y una retención hídrica óptima.
En el subsuelo encontramos roca agrietada que facilita a las raíces de la vid la búsqueda de aportes complementarios, favoreciendo el equilibrio de los diversos componentes del fruto.
Aunando esta tradición familiar con la inquietud de una mejora continua y una incansable búsqueda por crear vinos únicos, con personalidad propia y que muestren las características excepcionales del microclima de la Sonsierra riojana nace en 1991 Señorío de San Vicente.
Con una filosofía completamente innovadora, esta bodega se especializa en la elaboración de un solo vino (San Vicente), procedente de un solo viñedo (La Canoca) y en el que se planta una sola variedad (Tempranillo Peludo).
Este viñedo único de 18 hectáreas se plantó en 1985, tiene una altitud de 530 metros y unas inigualables condiciones climáticas y de insolación. En su suelo arcillo-calcáreo se plantó la variedad Tempranillo Peludo, autóctona de la Sonsierra riojana pero prácticamente extinguida dada su limitada producción (un kilo por cepa) que sin embargo proporciona unos racimos de calidad y estructura excepcionales.
A partir de un cultivo prácticamente ecológico (abono orgánico y sin uso de herbicidas ni pesticidas) y una selección muy exigente (vendimia manual en cajas y doble cinta de selección en bodega) San Vicente muestra las características únicas del entorno, del microclima, del viñedo y de la variedad.
Su vinificación controlada (fermentación en tinos de roble con posterior maloláctica en barricas nuevas de roble francés y americano) y su envejecimiento bajo tierra, en óptimas condiciones naturales dan como resultado un vino que desde su primera cosecha, 1991 ha sido aclamado en todo el mundo como muestran la multitud de galardones recibidos.