Amancio es el resultado de un trabajo artesanal de despalillado manual de los racimos grano a grano. Con este tratamiento delicado a la uva, logramos que exclusivamente se vinifiquen los granos que han llegado a un equilibrio perfecto de sanidad y maduración y que, por tanto, van a transmitir todas sus cualidades primarias, evitando cualquier entrada de restos vegetales o de granos con defecto a bodega.
La uva seleccionada se fermenta en depósitos de roble de pequeña capacidad en los que se realiza pisado tradicional.
La diferencia entre un vino excelente y un vino único puede ser pequeña pero, sin duda, viene marcada por la parcela, la climatología y el cuidado de la calidad en origen, ese matiz que hará a un vino seductor, subraya Marcos Eguren, desde su doble faceta de viticultor y enólogo.