«Sierra Cantabria Mágico 2010», «Sierra Cantabria CVC» y «La Nieta 2015» se sitúan entre los Top 100 en esta tercera edición sobre Rioja.
Por tercer año consecutivo el prescriptor británico y master of wine Tim Atkin hace público su reportaje “Rioja 2018 Special Report” con una nueva clasificación en la que mantiene su idea de reconocer la labor de bodegas comprometidas con el cultivo de sus propios viñedos.
En este sentido, Atkin clasifica las bodegas riojanas en cinco categorías como Burdeos apareciendo Viñedos de Páganos y Sierra Cantabria dentro de la cúspide “First Growths”.
De esta manera, establece de nuevo una clasificación de los mejores vinos del año en Rioja donde “Sierra Cantabria Mágico 2010” se sitúa en la parte más alta de la misma con 96 puntos junto a “La Nieta 2015”. “Sierra Cantabria CVC” con 95 puntos también forma parte de estos pocos privilegiados dentro del Top 100.
“Amancio 2014”, “Finca El Bosque 2015”, “Sierra Cantabria Colección Privada 2015”, “El Puntido 2014” y “Sierra Cantabria Organza 2016” también aparecen dentro de esta lista con 94 puntos cada uno seguidos muy de cerca por “San Vicente 2014” con 93 puntos.
Cinco generaciones de viticultores con raíces en San Vicente de la Sonsierra han tejido una larga historia de complicidad entre el hombre y la viña para extraer las virtudes de una variedad única, el Tempranillo, aplicando todos los esfuerzos necesarios para transmitir su expresividad en unos vinos excepcionales de la máxima pureza e identificación con el terroir.
Marcos Eguren, al frente del trabajo enológico, y Miguel Eguren, en la gestión, encabezan un proyecto vitícola a la búsqueda de vinos que evoquen el viñedo, de una gran versatilidad y marcada personalidad. Guillermo, padre de la actual generación que lleva las riendas del grupo bodeguero, se considera, ante todo, un coleccionista de viñedos. Y así lo han entendido sus hijos, quienes han hecho de la excelencia en el cuidado del viñedo y el máximo respeto al fruto en la bodega su filosofía para obtener unos vinos que se adscriben a los nuevos clásicos: vinos que perduran en el tiempo, que aúnan fruta, potencia y estructura con elegancia, frescura y sutileza.